20.10.20

LOS AVIONES DE LA MUERTE Y EXTERMINIO DE ALAS, por Carlos Martian.

Salvador Dalí, óleo "Pájaro".


LOS AVIONES DE LA MUERTE Y EXTERMINIO DE ALAS.


Las aves argentinas se hallan en peligro de extinción.

La mayor problemática de conservación en la provincia de Buenos Aires, Argentina es la caza furtiva, que afecta al Sirirí pampa (Dendrocygna viduata), al Coscoroba (Coscoroba coscoroba), al Pato cutirí (Amazonetta brasiliensis), y otros. El más buscado es el Pato picazo (Netta peposaca).

La contaminación de cuerpos de agua, es otro de los factores que ocasionan la muerte de las aves. El pesticida: carbofurano, es usado por muchos productores ganaderos.

Hay aves que pueden adaptarse a algunas modificaciones ambientales, como el Chiflón (Syrigma sibilatrix).

Pero el Mefistotélico Ogro que se alimenta de carne animal es: el AGROTÓXICO, con sus diabólicos AVIONES DE LA MUERTE (aviones de la agricultura que fumigan). Así, son rociadas largas extensiones de campo, sembradíos, escuelas, y poblaciones rurales.

Pero este Ogro con sus AVIONES DE LA MUERTE, también se alimenta de carne humana.

Innumerables son los daños que ocasionan los agrotóxicos a la salud humana: mayor riesgo de sufrir abortos espontáneos y partos prematuros, malformaciones  congénitas. Hasta ciertos estudios han constatado la presencia de diversos plaguicidas en el cordón umbilical, probando la existencia de una exposición prenatal, mayor riesgo de leucemia infantil, autismo y problemas respiratorios. Otras patologías también han sido descriptas como: cáncer, alzheimer, parkinson, trastornos endócrino-hormonales, problemas de desarrollo, neurológicos y esterilidad.

Ha sido publicado en diferentes medios el drama que viven pobladores de la localidad de Exaltación de la Cruz, partido cuya ciudad cabecera es Capilla del Señor, ubicado a 100 kilómetros de Buenos Aires, con 44.000 habitantes, un 80 % de territorio cubierto de monocultivo de soja transgénica, que sólo puede producirse mediante fumigaciones cada vez más frecuentes e intensas.

Todavía, me sobrevuelan los recuerdos de los años 2017 a 2018, cuando en las Provincias de Neuquén, Santa Cruz, y Mendoza (Los Molles) aparecieron muertos 90 ejemplares de Cóndor andino a causa de envenenamiento. El cóndor es un ave que en un día puede volar 300 kilómetros, lo que hace difícil saber con exactitud donde se envenenó.

Ciertas aves consumen presas afectadas por AGROTÓXICOS, sumado a la caza de ejemplares por parte de productores que consideran a la especie como una amenaza. Así se han visto afectadas aves rapaces: Águila mora (Geranoaetus melanoleucus), el Aguilucho langostero (Buteo swainsoni) que consume insectos afectados por el uso de AGROTÓXICOS, la Pollona azul (Porphyrio martinicus), la Gallareta chica (Fulica leucoptera) y la Gallareta escudete rojo (Fulica rufifrons) afectadas por la contaminación de ambientes acuáticos.

La Paloma manchada (Patagioenas maculosa), la Torcaza (Zenaida auriculata), el Caburé chico (Glaucidium brasilianum), el Lechuzón de campo (Asio flammeus) también se ven afectadas debido al envenenamiento por AGROTÓXICOS.

Todo esto no acaba aquí, ya que otras aves van disminuyendo su población por la deforestación, y por los incendios, que cobran cada vez mayor intensidad y frecuencia.

 El veneno nos circunda. No hay límites para él. Pensar, una extensión de campo como un compartimento estanco, es de una ignorancia infinita.

LOS AVIONES DE LA MUERTE van rumbo al EXTERMINIO DE ALAS.

 

Carlos Martian

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