Y aquella noche mientras soñaba
—En la vida hay que hacer tres cosas: escribir un poema, plantar un árbol y tener un hijo —dije a Freud.
Y entonces con su pipa celestial de nubes me respondió:
—Escribir un libro, decía el relato de Mujámmad.
—Escribir un libro de poemas es cosa seria, y no escribirlo es angustiante, pero claro usted solo interpreta, no comprende —le dije.
—Mire no estoy en este sueño para perder tiempo. Soy literario por instinto y médico por fuerza y concebí la idea de transformar una rama de la medicina, la psiquiatría en literatura. Fui y soy un poeta y novelista bajo la figura de un científico —dijo Freud, lo que dijo alguna otra vez.
—Bien yo tampoco estoy en este sueño para perder tiempo, ni para
construir conflictos —respondí.
—El psicoanálisis, no es otra cosa que la transferencia de una
vocación literaria en términos de psicología y patología —insistió.
—Regresando al péndulo, usted cumplió con la profecía, aunque no hayan sido poemas, y es bien sabido que usted escribió varios libros —afirmé.
Freud llevó su mirada hacia el ventanal, lanzó su última bocanada onírica de humo, y guardó un silencio vociferante como esperando a Goethe.
—Bueno su continuador Lacan también escribió varios libros —traté de sorprenderlo.
—Pero un solo poema —concluyó apresurado..
Carlos Martian
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