China
Parecía
resbalar sobre
una pista de hielo
resistiendo
sobre los mosaicos
ámbar
latía su ser de
sombra anochecida
latían sus
ojos de nubes nocturnas
No puedo establecer
con certeza si
China
me veía o no me
veía
Pero nevaba
o parecía que nevaba
sobre su mirada
de invernal poniente
China
Como le gustaba
llamarla a su dueña
pasó a las
manos salvadoras de Sara
como parte de
la herencia de su hermana
Su hermana había
partido hace un año
y según dicen
China
no ladra
desde aquel entonces
Tal vez algo de ella partió con su amo?
o tal vez algo
de su amo todavía vive en ella?
o vaya a saber
que
puertas se
abren ante las almas caninas
puertas que
permanecen cerradas para
los seres humanos
tan humanos ?
Será que China
cobija su ladrido para el reencuentro?
qué voces
inefables la mantienen con vida?
China
parecía resbalar sobre una pista de hielo
su paso trémulo muy trémulo
coqueta
con la bufanda color carmesí
de su extinta
dueña
(como un collar
)
abrazando
su pelaje negro brillante negro
La bufanda color
carmesí
ceñida a su
cuello
parecía
apaciguarla
LE HACÍA BIEN
y aunque algunos
dicen que no
yo casi puedo
afirmar
que en aquella
ocasión
la escuché ladrar.
c.m.
Milliones de gracias, Carlos Martian. Sara María y yo lloramos lágrimas de emoción leyendo este poema acerca de China. Es una maravilla y yo creo que sí, los animales perciben, quizás como los niñitos pequeños, dimensiones que están cerradas para nosotros los adultos, pero usted parece percibirlas. Será el don del poeta quizás. Gracias por enriquecer nuestras vidas con este poema.
ResponderEliminarGracias a ustedes, por dejarme conocer tan conmovedora historia, simple y altiva historia. Gracias!
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