19.7.24

Nadie saldrá vivo de esta tierra

NADIE SALDRÁ VIVO DE ESTA TIERRA

así que no malgastes tu día

haz las paces con el sol de invierno

extiende tus brazos a la lluvia.

 

Nadie saldrá vivo de esta tierra

que la codicia no te esclavice

sigue cantando aunque nadie escuche

escucha la pura voz del mar.

 

Nadie saldrá vivo de esta tierra

respira vida con toda tu alma

celebra tus nieves tus arrugas

habla en silencio con las estrellas.

 

Nadie saldrá vivo de esta tierra

venera las montañas   los bosques

la sagrada inmensidad del tiempo

el manso misterio de un arroyo.

 

Nadie saldrá vivo de esta tierra

habrá vientos propicios   contrarios

pero en lo profundo de tu ser

el arcoíris siempre contigo.

 

C.M
 

9.7.24

Grandma Emma Rowena Gatewood

GRANDMA  EMMA ROWENA GATEWOOD

caminante    camina    

caminando

son tus huellas solitarias

el camino

Emma caminando

ayer y siempre

por el sendero de los Apalaches

sendero de magia entre los árboles

voz silenciosa de la naturaleza

Emma caminando

ayer y siempre

huellas iridiscentes del bosque

que nunca se detienen

guiando a los senderistas

por el paisaje sagrado.

Emma  caminando

ayer y siempre

mochila al hombro

zapatillas al viento

mirada acariciando

montañas azules.

Emma caminando

ayer y siempre

latiendo su corazón

conversando

con las estrellas

de la noche infinita.

Emma caminando

ayer y siempre

el búho arropa sus noches

el oso negro de la alborada

despierta sus pasos

el ciervo de cola blanca

le cuenta secretos

el águila calva

aviva su quimera

Emma

caminante    camina    

caminando

 un cálamo escribe

la música de un viaje

el resplandor de un ser.

 

C.M

 

7.7.24

Carrera de Galgueros

CARRERA DE GALGUEROS

Una carrera sin fin

a pleno sol    va a comenzar

los canes hacen sus apuestas

la gatera se abre al unísono

 

Una carrera sin fin

los galgueros recorren el circuito ovalado

persiguen una sabrosa hamburguesa

de metal pintado

corren   saltan   corren

superan obstáculos

 

Una carrera sin fin

corren    saltan    corren

10 galgueros corriendo y saltando

y cada uno con su número

dicen que el número 7

es el favorito

 

Una carrera sin fin

los galgueros y la hamburguesa

de metal pintado.

El jurado:

un caballo una liebre y un ratón

atentos siguen la acción.

 

Una carrera sin fin

saltan   corren    saltan

los bozales gimen    suda el corazón

la hamburguesa se detiene y no

látigo en mano un domador de leones

 suelta una salva de latigazos

y todo vuelve a empezar

corre la hamburguesa

corren los galgueros

un galguero tropieza   cae   boquea

dos payasos de circo

lo alzan en camilla

lo arrojan a un charco

¡paf!; ¡zas!

 

Una carrera sin fin

corren    saltan    corren

cada galguero agotado

raudamente es suplantado

 

Una carrera sin fin

corren   saltan   corren

acarician la línea de llegada

se detienen avanzando

como un espejismo sin final.

 

C.M.

6.7.24

Se Busca

SE BUSCA

a la bolsa de los mandados

al silbido soplo alegre de las calles

al último organito vagabundo de la tarde

a los sapitos chapoteando en la laguna

Se Busca

al afilador de cuchillos en su bicicleta negra

al vendedor de lupines con su balde verde

al vendedor de plumeros de plumíferas alas

al canillita pájaro cantor del arrabal

Se Busca

al carrito naranja del heladero

a la corneta sonora del repartidor de pan

a los tarros tintineantes de Perico el lechero

al hombre cristalino de la barra de hielo

Se Busca

a la rayuela con su piedra saltarina

a la mancha con su veneno invisible

a “Chuenga” con un puñado de caramelos

al pan con manteca y azúcar

Se Busca

al buzón rojo centinela de la esquina

al clavel romántico del boutonniere

a Martian con su malinconia de armónica

a las luciérnagas curiosas del baldío

Se Busca

al deshollinador de galera y cepillos sombríos.

al fotógrafo de la plaza con su cortejo de gorriones

al triciclo pizzero girando con su pizza de cancha

al acomodador de cine con su linterna infalible

Se Busca

a la yapa de manos amables

a la luz de almacén con su penumbra buena

a la serenata a la luz de las estrellas

al eco conversador de los umbrales

Se Busca

a la vereda bulliciosa del tusa caricatusa

 a la carambola y las bolitas cachusas y deslumbrantes

a las piedritas nevadas del dinenti

a las traviesas cerbatanas de sifón

Se Busca

al soldadito de plomo

al trompo   al balero y al yo-yo

Se Busca

al funambulista del circo del ayer

a la esperancita azul del despertar

al poeta Basterra con su constelación de letras

al busca que rebusca y busca

Se Busca

a la memoria     al alma    a la alegría

al corazón

anclado de cenizas

 en un rincón.

 

C.M.

 

 

11.6.24

Nadar

NADAR

Palabra que viene del verbo latino natāre. Desplazarse en el agua, ejecutar los movimientos necesarios, sin tocar el suelo ni otro apoyo.

Nadar, con cada braceada el minutero avanza y retrocede.

El agua circula, fluye, envuelve. Los pensamientos levitan. Despierta el mito griego de  Hero, y su amado Leandro.

Hero, sacerdotisa de Afrodita, vivía en una torre en el Helesponto y Leandro vivía al otro lado del estrecho y se amaban en secreto, pues sus padres se oponían. Para verse, los jóvenes llevaron adelante un plan. Hero encendía una lumbre en lo alto de su torre y Leandro se guiaba por la luz, como si fuera un faro, y así él cruzaba a nado para unirse con su amada. 

Nadar. Amar. Nadar.

Una noche se desató una furiosa tormenta. Hero se había quedado dormida, sin darse cuenta de que la lumbre se había apagado. Leandro luchaba con las imbatibles olas del mar y al no ver la luz, se perdió y se ahogó. Hero descubrió el cuerpo exánime sobre la playa, y desolada se quitó la vida. Las doloridas burbujas de agua ascendieron, y como estrellas cubrieron el cielo, recordando esta bella leyenda de amor eterno.

Nadar. Amar. Nadar.

Palpita el crepúsculo con sus reflejos ilusorios sobre el agua. Nadar y sumergirse, refugiarse en la acuosa ingravidez. Regresar a un lugar seguro, donde el tiempo y el silencio fluyen, y se abrazan con el misterio fugaz de la vida, y de la muerte.

C.M.


2.6.24

Escuchando una sinfonía de Tchaikowsky

Estatua de Piotr Ilyich Tchaikovsky en Votkinsk Rusia.
 

ESCUCHANDO UNA SINFONÍA DE TCHAIKOWSKY

 el crepúsculo invernal palpita

en Buenos Aires y el tiempo

se extingue y nace y retrocede.

La melodía domestica las ansias

Buenos Aires por un momento

será San Petersburgo y suena la

“Nº 5 en mi menor Op. 64”.

 

Escuchando una Sinfonía de Tchaikowsky

 en la sala roja de conciertos

vociferan inaudibles truenos y relámpagos

resabios de un alma dulcemente atormentada.

La melodía se enciende y se apaga

como la montaña rusa del destino

como una partida ilusoria

hacia el arcoíris del abismo.

La melodía se apaga y se enciende

como el vuelo triunfal del vencejo

como cenizas hechas corona

hacia la fama evanescente.

 

Escuchando una Sinfonía de Tchaikowsky

 suenan los redobles del timbal

y luego las trompetas

las cuerdas y la flauta.

La melodía se enciende y se apaga

se apaga y se enciende

alucinación y apocalipsis.

 Los aplausos se ponen de pie

y las palmas sepultan recuerdos

del silencio del veneno fatal.

 

C.M.


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