LA ALQUIMIA DEL VIENTO
Sopla el viento sobre
los blancos molinos de viento.
Blancos molinos
manchegos, aspas míticas del girar y girar.
Gigantes arrolladores
del tiempo, nocturnos faros, nocturnas hélices
con su rodaje
relumbrante de estrellas.
Sopla el viento y en
el aire Don Quijote, y Sancho y Rocinante.
Curioso el aire.
Sopla el viento.
Clarea la mañana, y un
vidente llamado Borges
sobrevuela en globo
el Valle de Napa.
Aroma de viñedos y de
pájaros.
Añorados sueños
respiran en el aire. Necesidad del aire.
Sopla el viento.
Curioso el aire.
Las alas
funambulistas de una avioneta cruzan las dunas del Sahara.
Entre las nubes se
insinúa Saint Exupéry.
Curioso el aire.
Sopla el viento.
La Máquina Voladora
de Leonardo despliega sus alas al poniente.
¡Ay Da Vinci!
Un hilo invisible
sostiene los misterios.
La alquimia del
viento forja nuevos sueños.
Sopla el viento.
Curioso el aire.
Carlos Martian
-del libro: Los Flamencos de Ansenuza y otros poemas-
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