8.8.21

Silbando desde los Hmong al Tango, por Carlos Martian

Silbando desde los Hmong al Tango

Cuentan los antropólogos que los Hmong pueden comunicarse mediante silbidos. Durante la noche jóvenes en su intento de cortejo, deambulan por pueblitos cercanos, silbando sus poemas favoritos. Si una joven responde al silbido inicial, da comienzo un singular diálogo de pareja.

La tribu de los Hmong (o étnia Miao) proviene del sur de China, donde comenzaron a emigrar hacia el sur hace más de 300 años. Habitan en la localidad de Sapa, (Sa- Pa en vietnamita) a 1600 metros de altura, al norte de Vietnam, en la cordillera montañosa Hoang Lien Son (Hoàng Liên Sơn), que es la parte este del Himalaya.

Por esas tierras, sonrisa en mano y recorriendo senderos borgeanos se encuentra Mama Vu Vi, una mujer hada de los infinitos misterios de la montaña, una eximia guía turística experimentada, (hướng dẫn viên chuyen nghiệm).

Los Hmong recorren las terrazas de arroz cultivado, verdes imágenes caleidoscópicas, sobre las laderas de las montañas. Cuentan que el eco de los silbidos parece propagarse hacia el Valle de Binh Lu, y la montaña Fansipan, la más alta de Vietnam, de 3.142mts. de altura y conocida como el “Techo de la Indochina”.

En la localidad turca de Kuskoy, reconocida como "El Pueblo de los Pájaros", en un valle cercano al mar Negro, los pastores y pescadores silban mensajes. La lengua de los pájaros se basa en el turco, y cada silbido representa una sílaba diferente.

El alcance del sonido de los silbidos puede alcanzar los 8 km, siendo ejecutados por pastores y agricultores, para la caza y recolección. También pueden penetrar densos bosques, como en la Amazonia, donde son utilizados por los cazadores para localizarse entre sí.

En el mar, los silbidos son ejecutados por las comunidades Inuit para dar instrucciones durante la caza de ballenas. Cada cazador silba su propia canción para atraer a las ballenas hacia él.

En la Isla de La Gomera, en Archipiélago Canario, también existe un lenguaje silbado y transmitido de generación en generación a lo largo de siglos, conocido como Silbo Gomero, que reproduce con silbidos la lengua hablada por los isleños: el español.

Silbando, silbando, la Marcha del Coronel Bogey, marchan los soldados de la película: El Puente sobre el Río Kwai.

Los silbidos giran alrededor de la tierra. Desde las laderas de una montaña, desde la espesura de un bosque, desde el oleaje del mar, desde la nocturna soledad del suburbio alguien está silbando.

En Dock Sud, huellas del tango, y marineros con sus anclas memoriosas de nostalgia, tararean en el aire:

Y, desde el fondo del Dock,
gimiendo en lánguido lamento,
el eco trae el acento
de un monótono acordeón,
y cruza el cielo el aullido
de algún perro vagabundo
y un reo meditabundo
va silbando una canción...

(Tango: Silbando, año 1925,

Música: S. Piana/C. Castillo / Letra: José G. Castillo)


En el Buenos Aires de aquel tiempo, era habitual escuchar silbar a algunas personas por las calles.  Silbar, algo simple, que acaricia el alma, y recupera la atmósfera del barrio.


Carlos Martian


6.8.21

La Alquimia del Viento (del libro: Los Flamencos de Ansenuza y otros poemas).

 

LA  ALQUIMIA DEL VIENTO

Sopla el viento sobre los blancos molinos de viento.

Blancos molinos manchegos, aspas míticas del girar y girar.

Gigantes arrolladores del tiempo, nocturnos faros, nocturnas hélices

 con su rodaje relumbrante de estrellas.

Sopla el viento y en el aire Don Quijote, y Sancho y Rocinante.

Curioso el aire. Sopla el viento.

Clarea la mañana, y un vidente llamado Borges

sobrevuela en globo el Valle de Napa.

Aroma de viñedos y de pájaros.

Añorados sueños respiran en el aire. Necesidad del aire.

Sopla el viento. Curioso el aire.

Las alas funambulistas de una avioneta cruzan las dunas del Sahara.

Entre las nubes se insinúa Saint Exupéry.

Curioso el aire. Sopla el viento.

La Máquina Voladora de Leonardo despliega sus alas al poniente.

¡Ay Da Vinci!

Un hilo invisible sostiene los misterios.

La alquimia del viento forja nuevos sueños.

Sopla el viento. Curioso el aire.

 

Carlos Martian

-del libro: Los Flamencos de Ansenuza y otros poemas-



2.8.21

Bajo las estrellas con Juan L.

 

BAJO LAS ESTRELLAS CON JUAN L.

y su voz de junco al viento

—yo soy hombre de río  —insistía Juan L

Mientras sus ojos trepaban hacia el cielo, y casi en éxtasis proseguía   —hombre de río y de pájaros, mire ese vuelo rasante de golondrinas, escuche ese canto.

—usted bien sabe don Juan, a mí me llama el mar.

—lo sé, tanto como a mí me llama el río, el río y los pájaros.

—cierto don Juan, no nos parecemos en nada.

—No sea tan trágico amigo. Nos parecemos, y mucho, por nuestro incondicional sentimiento poético.

—Puede que tenga razón. Ambos habitamos poéticamente este suelo.

—¿Se da cuenta? Y le digo más, ambos hemos pasado, como dice Machado, la prueba de la soledad en el paisaje.

—¿A qué se refiere Don Juan?

—Vea, me refiero a la experiencia que atraviesa el espíritu de vivir en un pequeño lugar, la experiencia de la soledad, y el nutrirse de la lectura y la meditación dentro de la naturaleza, alejado de las grandes ciudades, sin someter la arcilla de la creación poética a la opinión de otros camaradas escritores. Un pequeño lugar y una sensible alma que late.

—Oh, la soledad. El que no puede estar solo, es porque no está en buena compañía con su interior. Y entiendo, usted no comulga con Paul Valéry. ¿Ningún colectivo?

—Vea Martian, Valéry destacaba la importancia que tienen los grupos, los círculos literarios. Machado, a quien sigo, creo es el camino, para saber si en verdad la vocación es profunda.

—Está claro don Juan. Poeta de río, de pájaros, de soledad, y de Machado.

 

Carlos Martian


28.7.21

El Hombre de los Perros


El Hombre de los Perros

Es una mañana de invierno, y el sol entibia las huellas solitarias en la arena.

En esta playa, mucho más al sur de la ciudad de Mar del Plata, reina una bella desolación. A lo lejos, a pocos metros de donde rompen las olas, la imagen de un hombre con cuatro perros.

Me acerqué lenta y sigilosamente.

—Me llamo Fermín y vivo allí bajo las rocas con mis perros  —dijo.

La vivencia de Fermín me recordó la vivencia de El Hombre de los Gatos, plasmada en este blog el 20 de octubre del año 2018. https://carlosmartian.blogspot.com/2018/10/el-hombre-de-los-gatos.html

También Fermín tomó la decisión de abandonar su ciudad de origen, huyendo de los fenómenos nocivos producidos por la insolidaria enajenación, y la narcoviolencia del conglomerado urbano.

Fermín no se halla en una SITUACIÓN DE CALLE, sino en una SITUACIÓN DE MAR. Los perros convierten lo que se llama un no-lugar en un lugar.

La etimología de su nombre propio proveniente del latín Firminus, que significa firme, sólido. Fermín firme frente al sonido del mar.

Las gaviotas lo sobrevuelan, y un eco de graznidos sella el pacto con la libertad y la supervivencia.


Carlos Martian

 

16.7.21

Misterio de la Cruz del Sur

MISTERIO DE LA CRUZ DEL SUR 

El encanto de no vivir en una gran ciudad radica, entre otras cosas, en el privilegio de poder contemplar las estrellas.

Esta noche por ejemplo, es fría y clara. El cielo de color azul nocturno ataviado con destellos plateados.

Esta noche, como otras noches, detengo unos minutos la mirada hacia la Cruz del Sur, y agradezco.

La Cruz del Sur ha guiado a los navegantes desde tiempos remotos. Es la constelación más pequeña, pero la única visible durante todo el año. Si se extiende su eje principal cuatro veces y medio desde Acrux (la decimocuarta estrella más brillante), se encuentra el polo sur celeste.

Dante Alighieri en la Divina Comedia, hace mención en el primer canto del Purgatorio a cuatro estrellas.

¿Cómo pudo conocer Dante la existencia de la Cruz del Sur?

Muy probablemente, haya oído hablar de aquellas estrellas.

Marco Polo, en el año 1295 estaba de regreso en Venecia después del famoso viaje realizado en 1284 y que lo había llevado tan al sur como Java y Madagascar.

Otros contemplan otra posibilidad, y creen que las palabras de Dante deben entenderse en un sentido alegórico, donde las cuatro estrellas serían representativas de las cuatro virtudes cardinales: Justicia, Prudencia, Fortaleza y Templanza. 

Cada noche clara al contemplar la Cruz del Sur, el misterio brilla y danzan las preguntas, todas las preguntas del mundo.

 

Carlos Martian

 

24.5.21

Dicen que las golondrinas


Dicen que las golondrinas

se refugian

en algún lugar del cielo.

Allí van a morir

como los poetas mueren

pero no

en verdad digo

viven en una estrella exacta.

 

C.M.


del libro: Los Flamencos de Ansenuza y otros poemas

-Alción editora, 2022-


20.5.21

DE LA GOLONDRINA AL PEZ - HAIKU

DE LA GOLONDRINA AL PEZ - HAIKU (editorial leviatán, abril 2021).

 Haiku, silbo, afán de brevedad, para retratar el viaje- navegación concretado durante el mes de enreo del año 2014.

De la Golondrina al Pez, es un diario, bitácora, o memoria de viaje; logrado intento de unir la Isla de las Golondrinas (Argentina) con Isla Negra (Chile), tomando como punto de referencia y partida, la veleta con forma de Golondrina que gira en lo alto de mi hogar, y como punto de referencia y arribo, la veleta con forma de Pez, que gira en lo alto del que fuera el hogar del poeta chileno Pablo Neruda en Isla Negra. 

Forman parte de este viaje, los otros dos lugares de residencia de Neruda: La Chascona en Santiago de Chile y La Sebastiana en Valparaíso. 

Viaje golondrinesco para celebrar la vida con sus vuelos. Migrar vivificante, sonido de una intemperie sin fin. Vivir no es quedarse, es partir. El haiku es ejercitarse en el arte de despedirse (sabiamente nos recuerda Octavio Paz) 

En la tradición budista, el camino sugiere cambio, tránsito, renacimiento con cada paso. Devenir y sentimiento que se suceden incesantes como el minutero de un reloj. Por ello el afán de reproducir exactamente aquello que conmueve, y nos humaniza. Descubrir la simplicidad profunda de la naturaleza.

C.M.


   

14.5.21

Oda a Varlam Shalámov

Oda a Varlam Shalámov

Aquí al borde del río
con su murmullo efímero
mi mirada    contempla
Vologda
busca a un gigante
y descubro sus pasos.
Hay huellas
son doradas
encendidas
huellas de gigante
de un color nuevo
de un sonido nuevo.
Luz cenital
constelación de fuego
borbotón de esperanza
que en los Urales late
late en Vischera
en la Siberia del Kolimá
late.
Un ayer de ayeres
de leñador y leña
de tala y bosque y tala
de gemidos y hambruna
tiritando en el crepúsculo
tiritando    tiritando

¿Y dónde estaban los otros con sus pieles?
¿Qué canto sin voz cantaban?

Un ayer
de verdugo negro
de un tremolar urente
de lágrimas
abismándose en la nieve.

¿Y dónde estaban los otros con sus pieles?
¿Qué canto sin voz cantaban?

El gigante
es una estrella
un mito
una palabra
emigrada del infierno.
Gigante de gigantes.
Orfeo azul.
Aura invencible y fugaz.
Hay una senda
un mojón
huellas de fénix
sobre la tierra blanca.
Hay un ayer herido.
Un combate de osos en la noche.
La sombra de una garra
sobrevuela
el pan
la leche
la palabra.
Aquí al borde del río
emerge
entre la neblina    sorda
un tornado de recuerdos.
Gulag dantesco
patíbulo siniestro
cárcel de hielo.

Sin embargo
desde una soledad de nieve
el corazón perdura.
Los poemas sostienen.
 
Carlos Martian

ISOLINA SALDAÑA CAPITANA DE PÁJAROS

foto tomada por el autor ISOLINA SALDAÑA CAPITANA DE PÁJAROS vive en Merlo    San Luis y todos los días    a la misma hora alimenta   ...

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